Pruebas de función renal: ¿cuáles son y para qué sirven?
Las pruebas de función renal son exámenes de laboratorio que los médicos solicitan para evaluar cómo trabajan los riñones, órganos que tienen la función de filtrar la sangre para eliminar los desechos que el cuerpo no necesita.
Los resultados de estos análisis se combinan con otros métodos complementarios, como la ecografía renal. Así, los profesionales de la salud reúnen datos para determinar si los riñones se desempeñan adecuadamente.
Si bien estas pruebas se pueden solicitar en un control de rutina, cobran importancia en personas que viven con ciertas enfermedades. Por ejemplo, resultan imprescindibles para pacientes con:
- diabetes,
- hipertensión arterial,
- insuficiencia renal (Barba, 2018).
¿Cuáles son las pruebas de función renal?
Ahora bien, los análisis que se consideran básicos para valorar la función de los riñones se pueden realizar en sangre o en orina. Estos son:
Examen general de orina (EGO)
Es un examen sencillo y de bajo costo (Arispe et al., 2019). Por eso se incluye casi siempre de rutina en los análisis que se solicitan para controles generales. Mediante una muestra simple de orina, el laboratorio nos puede informar aspectos físicos de esta y sus componentes. Además, analizar el sedimento permite detectar qué células tiene, si existen bacterias allí o si hay proteínas.
Prueba de nitrógeno ureico en sangre (NUS)
Mide la cantidad de nitrógeno ureico que se encuentra circulando en el cuerpo. Con esto nos referimos a un desecho del funcionamiento del organismo que los riñones eliminan normalmente. Esto quiere decir que un NUS alto es indicativo de riñones que no están filtrando como deberían.
La gran ventaja de este examen es que permite detectar alteraciones cuando todavía están en sus primeras fases (Won et al., 2016).
Creatinina sanguínea, otra de las pruebas de función renal
Es habitual que la medición de la creatinina en la sangre se acompañe de la medición del NUS. Estas dos pruebas de función renal tienen el mismo objetivo: saber si los riñones están eliminando las sustancias de desecho. Aunque, en este caso, respecto a la creatinina que se genera de los músculos.
Ácido úrico en sangre y orina
El ácido úrico se mide tanto en la sangre como en la orina. En el primer caso, es habitual que se acompañe de la medición de colesterol y triglicéridos. Así se evalúa el llamado perfil metabólico (Jasso-Huamán et al., 2015). Sobre todo en los pacientes con diabetes, este perfil incluye a la glucosa en ayunas.
Por otro lado, cuando el ácido úrico se mide en la orina, la persona debe recolectar la orina durante 24 horas. Una presencia elevada de la sustancia puede indicar problemas renales.
Proteínas en la orina
Entre las pruebas de función renal, no puede faltar la medición de las proteínas en la orina. De forma normal, el riñón no debería dejar pasar estas sustancias. Cuando esto sucede, hablamos de proteinuria (Naesens et al., 2016).
Hay condiciones que pueden causarla de forma no grave, como el ejercicio físico intenso (Wołyniec et al., 2020). Sin embargo, su presencia indica al médico que debe realizar más exámenes.
¿Qué enfermedades pueden alterar los resultados de las pruebas de función renal?
Hay diversas enfermedades que conllevan resultados anormales en las pruebas. Algunos son trastornos transitorios o agudos (Hoste et al., 2018):
- deshidratación,
- infección urinaria,
- sepsis (una infección que se ha expandido por la sangre),
- lesiones en los músculos (aumentan la creatinina que se debe eliminar).
Pero también hay enfermedades crónicas que poco a poco alteran la función de los riñones. Las más importantes son la hipertensión arterial y la diabetes (Ku et al., 2019; Vistisen et al., 2019). En ambos casos, los resultados de las pruebas pueden ser normales al inicio y mostrar problemas años después.
En las personas que viven con diabetes, el daño que los niveles de glucosa elevada en sangre causan en los riñones es progresivo. Se estima que aproximadamente la mitad de los pacientes con diabetes tipo 2 desarrollan insuficiencia renal crónica (Thomas et al., 2016).
Por eso es fundamental que las personas con diabetes tengan un control periódico para detectar problemas tempranos. El médico siempre solicitará las pruebas de función renal junto a otros análisis, como el perfil metabólico, las pruebas de coagulación y el registro de la hemoglobina glicosilada. De esta manera, el profesional de la salud se adelanta al daño que la diabetes podría causar en los órganos vitales. Actuando a tiempo, se podrá prevenir la evolución a una insuficiencia renal.
Referencias
- Arispe Quispe, M.S., Callizaya Laura, M.K., Laura Yana, A.A., Mendoza Mendoza, M.Z., Mixto Cano, J.L., Valdez Baltazar, B.D., Mendoza Ocampo, E., Magariños Loredo, W., y Torrico Arzady, B. (2019). Importancia del examen general de orina, en el diagnóstico preliminar de patologías de vías urinarias renales y sistémicas, en mujeres aparentemente sanas. Revista CON-CIENCIA, 7(1), 93-102.
- Barba Evia, J.R. (2018). México y el reto de las enfermedades crónicas no transmitibles. El laboratorio también juega un papel importante. Revista Latinoamericana de Patología Clínica y Medicina de Laboratorio, 65(1), 4-17.
- Hoste, E.A., Kellum, J.A., Selby, N.M., Zarbock, A., Palevsky, P.M., Bagshaw, S.M., Goldstein, S.L., Cerdá, J., y Chawla, L.S. (2018). Global epidemiology and outcomes of acute kidney injury. Nature Reviews Nephrology, 14(10), 607-625.
- Jasso-Huamán, L.E., Villena-Pacheco, A., y Guevara-Linares, X. (2015). Control metabólico en pacientes diabéticos ambulatorios de un hospital general. Revista Médica Herediana, 26(3), 167-172.
- Ku, E., Lee, B.J., Wei, J., y Weir, M.R. (2019). Hypertension in CKD: core curriculum 2019. American Journal of Kidney Diseases, 74(1), 120-131.
- Naesens, M., Lerut, E., Emonds, M.P., Herelixka, A., Evenepoel, P., Claes, K., Bammens, B., Sprangers, B., Meijers, B., Jochmans, I., Monbaliu, D., Pirenne, J., y Kuypers, D.R. (2016). Proteinuria as a noninvasive marker for renal allograft histology and failure: an observational cohort study. Journal of the American Society of Nephrology, 27(1), 281-292.